Comentario
Según una tradición, la época de Zeus habría traído consigo el trabajo. En cierta medida, representaba el final de la edad de oro, pero también, para el campesino, la época en que a través de su hija Dike, la Justicia, era posible la concordia entre nobles y campesinos. Su carácter de divinidad estable y estática, junto a su realidad históricamente condicionada, produce la ambigüedad que permite una mayor eficacia, porque el Zeus de los poemas homéricos, junto a las posibles referencias a la realeza auténticamente micénica y a la realeza idealizada de la época antigua donde había justicia, también representa al jefe de un oikos, con una familia compleja a su alrededor, dependiente en diferentes grados, profundamente patriarcal, a pesar de que algunos rasgos de los dioses de sus familias puedan resultar chocantes, sólo lo suficiente para revelar la pervivencia de funcionalidades primitivas, relacionadas con la producción y la reproducción.
Las diosas pasan a convertirse en sus esposas o sus hijas y, a pesar de los celos de Hera, se le permite la poligamia productora de nuevos dioses o héroes, en lo que también revela los rasgos propios de sociedades primitivas, perdurables por su vigencia como punto de referencia para crear una nueva cohesión actual. En su casa se representa el triunfo del patriarcado dinámicamente, resultado de la concentración del poder, de la victoria sobre seres primitivos y de la integración de las divinidades femeninas. Así, Zeus representa al jefe del oikos, sublimado en sus referencias a la realeza antigua.